El cuerpo como arte, el arte como renacer

Soy Carolina, acróbata convertida en artista. Pinto con mi cuerpo para contar historias que emergen del movimiento y las emociones. Cada trazo nace de un gesto, cada mancha es la huella de una experiencia vivida, de un sentir que se transforma en color y forma.

Nací en Gran Canaria y mi camino comenzó en el circo contemporáneo, donde la interpretación, la danza y la acrobacia me llevaron a recorrer escenarios de toda Europa. Allí descubrí la potencia del cuerpo como lenguaje, como herramienta capaz de transmitir lo que a veces no encuentran las palabras.

En 2024, tras una cirugía de cadera que pudo haber detenido mi recorrido, elegí no frenar, sino florecer en una nueva etapa creativa. Mi cuerpo —antes instrumento de movimiento— se convirtió en pincel y lienzo. Hoy pinto desde la piel hacia fuera, creando obras que celebran la fuerza, la vulnerabilidad y la belleza del cuerpo femenino en todas sus fases.

Mi trabajo se inspira en mujeres valientes y resilientes que marcaron mi historia. A través de ellas, honro lo femenino desde dentro: la capacidad de crear, sostener, transformarse y renacer.

Con cada obra invito a quien me observa a sumergirse en este proceso íntimo de florecer: a veces silencioso, a veces valiente, pero siempre profundamente humano.